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El renacer tras el sueño, la muerte y la vida
La frase «Cada noche, cuando voy a dormir, muero. Y a la siguiente mañana, cuando me levanto, he renacido.» del activista y pensador indio Mahatma Gandhi expresa una profunda reflexión sobre el ciclo del sueño, la muerte y el renacer.
Esta frase se suele utilizar en ceremonias y rituales funerarios como una forma de confrontar la muerte y encontrar consuelo y esperanza en la posibilidad de un renacimiento o vida después de la muerte.
El sueño como «pequeña muerte»
Para Gandhi, ir a dormir es como una «pequeña muerte». Al quedarnos profundamente dormidos perdemos la conciencia, nuestra mente y cuerpo se apagan temporalmente.
Es un estado similar a la muerte, en que dejamos atrás el mundo de la vigilia. Gandhi veía el sueño como un ensayo, una preparación para morir. Morimos temporalmente cada noche al entregarnos al sueño.
Despertar es renacer
Pero a la mañana siguiente, cuando despertamos, es como si hubiéramos vuelto a nacer. Regresamos del mundo de los sueños y retomamos nuestra vida consciente.
El despertar significa un renacimiento, el comienzo de un nuevo día, una oportunidad para volver a empezar. Así Gandhi encontró en el ciclo del sueño y el despertar una metáfora de la muerte y el renacer.
La muerte no es el fin
Al aplicar esta reflexión a la muerte, Gandhi sugiere que ésta no es el final absoluto. Así como despertamos de los sueños a un nuevo día, tras la muerte podría haber una forma de continuación de la vida.
No en vano muchas religiones y tradiciones espirituales ven la existencia terrenal como un paso previo a otra forma de existencia trascendente. Por ello la frase de Gandhi reconforta en los funerales al insinuar que la muerte no es el fin definitivo.
Renacer y reencarnación
Ya sea con la idea de la reencarnación -el alma reapareciendo en un nuevo cuerpo- o la de un alma inmortal que parte a otra dimensión, la frase de Gandhi alienta a pensar que la muerte puede ser un puente hacia una nueva manifestación vital.
Así como cada día «renacemos» al despertar, tras la muerte podemos esperar un renacimiento espiritual, el comienzo de otra etapa. Esto brinda esperanza y consuelo en el difícil trance de despedir a un ser querido.
Un ciclo natural
De este modo, Gandhi presenta el sueño, la muerte y la vida que sigue como un ciclo natural, necesario e inevitable. No debemos aferrarnos a la vida actual ni temer a la muerte, sino asumir ambas como partes de un proceso cíclico más amplio, con sus finales y nuevos comienzos.
Con esta reflexión, la frase de Gandhi nos invita a ver en la muerte no un final absoluto, sino una puerta hacia un posible renacimiento. Alivia el dolor del duelo recordándonos que, así como cada mañana retomamos la vida al despertar, nuestros seres queridos pueden hallar también un nuevo amanecer tras su paso por la muerte.