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El significado de «El Que Habita Al Abrigo Del Altísimo Morará A La Sombra Del Omnipotente» en los funerales
La frase “El Que Habita Al Abrigo Del Altísimo Morará A La Sombra Del Omnipotente” proviene del Salmo 91:1 de la Biblia y tiene un profundo significado espiritual, especialmente cuando se utiliza en funerales y servicios conmemorativos.
El salmo 91 es un bello poema que expresa la protección de Dios sobre aquellos que confían en Él. Describe imágenes poderosas de refugio, sombra, amparo y liberación divina ante los peligros y temores de este mundo. Por ello, tradicionalmente se lee en los funerales cristianos para transmitir un mensaje de esperanza sobre la vida eterna.
La primera parte del versículo, «El que habita al abrigo del Altísimo», evoca la imagen de alguien que se cobija bajo la protección y el cuidado de Dios. Expresa la confianza en que el Creador protege a quienes se acercan a Él con fe.
Luego continúa diciendo que esa persona «morará a la sombra del Omnipotente». Esto significa vivir en estrecha comunión con Dios, descansando plácidamente bajo su amparo como a la sombra de un árbol en un día caluroso.
El uso de este versículo en los funerales transmite la idea de que el difunto, al morir, pasa ahora a estar eternamente bajo la protección del Todopoderoso. Ya no sufrirá más los dolores y penurias del mundo, sino que encontrará paz y gozo perdurables en la presencia amorosa de Dios.
Por ello, se utiliza para expresar la esperanza en la vida eterna que aguarda al creyente más allá de la muerte terrenal. Ofrece consuelo a los deudos, al imaginar a su ser querido ya libre de todo mal y sufrimiento, amparado eternamente por la bondad divina.
Transmite la convicción de que Dios cuidará de esa persona para siempre, pues ya habita «a la sombra del Omnipotente», en íntima comunión con el Creador. De este modo, la muerte no es el fin, sino apenas el tránsito hacia una nueva morada segura en el regazo del Padre celestial.
«Al morir, el ser amado deja atrás todos los sufrimientos y ahora descansa para siempre en los brazos amorosos de Dios»
Por eso, en la liturgia cristiana de las exequias, este versículo suele leerse o cantarse justo antes de despedir el féretro, en el cementerio. Simboliza esa partida del difunto de su vida terrenal hacia la vida eterna prometida, hacia esa morada de paz en la casa del Padre.
Incluso en ceremonias laicas o no religiosas, se utiliza esta frase bíblica para expresar el deseo y la esperanza de que el fallecido haya encontrado ahora reposo, serenidad y plenitud tras su partida. Que más allá de la muerte le aguarde una nueva existencia hermosa, libre de dolor, junto a sus seres amados.
En definitiva, la poderosa imagen poética de habitar siempre a la sombra protectora de Dios transmite un mensaje de fe en una vida más allá de la muerte. Una vida eterna colmada de paz, amor y dicha, que aguarda a quien confía en las promesas divinas. Por eso esta frase bíblica trae tanta esperanza y consuelo en los momentos de dolorosa despedida.