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La muerte no es más que un sueño y un olvido
La muerte es uno de los grandes misterios de la vida. Representa el final del camino para cada persona, el cese de la existencia tal y como la conocemos. Sin embargo, Mahatma Gandhi, el líder pacifista y espiritual indio, nos invita a ver la muerte de una forma más positiva y esperanzadora. Su famosa frase «La muerte no es más que un sueño y un olvido» transmite un mensaje de paz y consuelo que resulta muy apropiado en el contexto de un funeral o despedida.
Analicemos el significado de esta frase y por qué resulta tan reconfortante para quienes han perdido a un ser querido.
Un sueño
Gandhi compara la muerte con un sueño. Los sueños son estados alterados de consciencia donde dejamos temporalmente la realidad tal y como la conocemos. Durante el sueño profundo, nuestra mente y nuestro cuerpo descansan, se recuperan y procesan todo lo vivido durante el día.
De la misma forma, la muerte puede ser vista como un largo sueño del que algún día despertaremos a otra realidad o plano de existencia. Como en los sueños, nuestra consciencia deja momentáneamente el mundo físico pero no desaparece, sólo se transporta a otro estado.
Esta comparación infunde esperanza y calma,nos dice que la muerte no tiene por qué ser el final absoluto. Es simplemente el paso a un nuevo estado de ser, como cuando nos sumergimos en el mundo onírico cada noche.
Un olvido
La segunda parte de la frase se refiere al olvido. En los sueños profundos solemos olvidar nuestra identidad, nuestros seres queridos, nuestros problemas cotidianos. Nuestra mente se abstrae de todo ello mientras dormimos.
Del mismo modo, con la muerte llega el olvido de esta vida y sus tribulaciones. Se borran las penas, las enfermedades, las angustias terrenales. La mente trascenderá todo eso y encontrará paz y descanso, como cuando nos entregamos al sueño reparador.
Por tanto, no debemos aferrarnos demasiado a esta existencia ni temerle a la muerte. Al igual que el sueño, es simplemente una transición necesaria hacia lo que sigue, sea lo que sea. Cuando llegue el momento debemos soltar amorosamente a nuestros seres queridos, confiando en que encontrarán el reposo y la calma que se merecen, más allá de cualquier sufrimiento.
Un mensaje de esperanza
En definitiva, esta conocida frase de Gandhi transmite un mensaje de esperanza y consuelo muy apropiado para funerales o ceremonias de despedida. Nos recuerda que no debemos aferrarnos demasiado a esta vida ni temer el fin que todos compartimos.
La muerte no deja de tener su parte de misterio y tristeza, pero no tiene por qué ser vista como un final terrible y absoluto. Es simplemente el paso a un nuevo estado de consciencia, como un largo sueño reparador donde podremos encontrar finalmente la paz.
Nuestros seres queridos no desaparecerán, solo se adelantarán en ese viaje que también haremos todos. Cuando llegue el momento, debemos dejarles partir con amor y sin apegos excesivos, confiando en que su espíritu perdurará y en que algún día nos reencontraremos en otra forma.